domingo, 24 de diciembre de 2006
Medio Ambiente
Un domingo del mes de junio me encontraba pescando en las orillas de un pantano de la comunidad de Madrid lanzando con mi caña y deambulando con tranquilidad por las mismas; debido a la esplendida mañana que había amanecido la línea del agua estaba llena de pescadores, durante varios kilómetros y cada muy pocos metros se encontraban diseminados pequeños grupos de los mismos.
Por su idioma deduje que el 99% de ellos procedían de la antiguamente denominada Europa del Este. Pues bien, en el transcurso de ese difícil paseo, ya que casi no tenía sitio donde colocarme para lanzar mi aparejo, visioné la mayor cantidad de “fechorías pesqueras” que había conseguido ver en mi vida, pez muerto, pez vivo, trasmallos para recopilar pequeños peces de las orillas para utilizarlos como cebo, etc….
No quisiera que mis palabras parecieran lo que no quiero que parezcan, un brote de xenofobia. Pero al pan, pan y al vino, vino, la educación medioambiental de esa zona de nuestro planeta ha sido tan deficiente que cuesta creer que todavía tengan parajes tan hermosos como los que posen.
Al no poder aguantar más me acerque a un grupo de ellos que muy respetuosamente, como todos, me devolvieron el saludo y contestaron a mis preguntas…..
A mi pregunta:
No saben que está prohibido pescar con pez vivo en la comunidad de Madrid?
“Nosotros no sabemos la legislación, en nuestro país pescamos así”
Por qué matan a los animales, no saben que son muy valiosos como para matarlos, que esto es por deporte?
“Nosotros nos los comemos, no nos importa si son valiosos o quedan pocos”
Por qué no consideran el cuidar el medio ambiente?
“Que medio ambiente, a nosotros que nos importa, este no es nuestro país”
Mi estupor fue subiendo de tono según me contestaron a mis preguntas, pero cuando casi repudiaron lo que le pudiera ocurrir a este país, España, el cual les ha acogido y les provee de todo lo que necesitan, trabajo, calidad de vida, un entorno agradable, ……… me subió un calor muy apreciable incluso ellos se dieron cuenta y me pidieron disculpas, las cuales no consiguieron que mi indignación disminuyera.
La fauna de ese magnífico pantano al que yo desde muy pequeño iba a practicar mi deporte favorito, todavía recuerdo cuando empezaron a correr las noticias sobre la incorporación de lucios a sus aguas, estaba siendo expoliada de tal manera que yo como biólogo no le auguro nada bueno a muy corto espacio de tiempo.
Señores legisladores piensen en lo que hacen y si quieren fijar normas que cuiden de nuestro medio natural no pidan la destrucción de la fauna de nuestras aguas si no todo lo contrario, legislen a favor del deporte, ese deporte que nos hace más humanos día a día, legislen la obligatoriedad de liberar las capturas inmediatamente y la penalización del sacrificio de las mismas.
Legislen la CAPTURA Y SUELTA
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